miércoles

Fiesta del Día de la Tradición

El día de la Tradición más que un acto es toda una  fiesta que el Nightingale, a lo largo del tiempo, valga la redundancia, ha hecho tradición.

Al abrigo de árboles añosos, de un patio –ya histórico- se abre la fiesta. Familias, maestros, profesores, alumnos de todas edades concurrimos al encuentro. Se forma una enramada, donde se baila, se recita, se canta. Es el momento en que nos alejamos de todo, respiramos ese legado del suelo, el aire de campo con gusto a siembra, a pasto recién cortado, a trébol fresco, a todo lo nuestro.

Hay alegría, palmas, música, acordes de música autóctona. Actúan  los más chicos y hasta los más grandes, todos asisten a este llamado, bajo un cielo azul, irrenunciable, que es de todos. Es el momento de dialogar con nuestras raíces.



Cómo no mencionar el almacén de campo, este proyecto solidario, que tanto esfuerzo lleva, y que ya ha cumplido sus seis años. Hoy se abre Lo de Fierro .Es este rincón, una generosa entrega al visitante, a través del espectáculo de sus tradicionales picadas campestres, a las que hoy  se incorporaron otras propuestas: la payana ( su enseñanza, juego y venta de materiales) ; la  degustación de mates y dulzuras criollas, todo organizado por  los alumnos de Quinto Año  y por  las profesoras María Minetti, María José Valdez y Viviana Garoby , que a corazón abierto, se suman al festejo.

Hace muchos años que asisto a esta ceremonia, y no me quedan más que palabras de asombro, de agradecimiento por lo que se vive, por lo que transmite, por  el significado profundo que encierra, por su persistencia y por la  continuidad  de su expresión que no claudica con el paso del tiempo, al contrario, cada año se renueva con más fuerzas.

Como dicen los versos de Martín Fierro:     

Hay hombres que de su cencia
tienen la cabeza llena;
hay sabios de todas menas,
mas digo, sin ser muy ducho:
es mejor que aprender mucho
el aprender cosas buenas.

Y por esta vía estamos transitando.

                                        Ana Bortot