Son una herramienta que nos permite transformar objetos cotidianos como frutas, plastilina o cualquier material conductor en verdaderos joysticks o
instrumentos musicales, que luego programamos en Scratch para darles vida.
Con los chicos desarrollamos distintos proyectos en los que combinamos creatividad, programación y robótica. Fue una experiencia muy divertida y enriquecedora, que incluso compartimos con la visita de Marian, nuestra directora, quien pudo ver de cerca cómo
trabajamos y nos divertimos.
Este proyecto forma parte de una propuesta pensada desde la robótica educativa, en la que aprender y divertirse van siempre de la mano.